Según explicaron a este periódico varios de los opositores la prueba «se realizó tipo test pero con lápiz» lo que para ellos no proporciona tantas garantías como poder rellenarlo con bolígrafo. «La gente está muy mosqueada con el sistema elegido porque, no es porque no nos fiemos, pero no encontramos lógico que a estas alturas todavía nos pidan realizar una prueba de esta magnitud con un lápiz del número dos», comentaron. Hace dos semanas, han añadido, el Ministerio de Administraciones Públicas realizó una prueba similar y, en ese caso, el lápiz fue sustituido por el bolígrafo «algo que da más garantías a nuestro parecer».

Además, y al contrario de lo que sucedió entonces -donde se proporcionó un ejemplar del examen realizado mediante una hoja de calco-, los aspirantes no pudieron llevarse a casa una copia. «Pensamos que los mecanismos de control no han sido los más adecuados», han afirmado varias de estas personas, «ya que aunque en teoría cuando entregas el examen el sobre debe estar cerrado, pudimos observar que en algunos casos no fue así».

No obstante, el principal malestar que sienten decenas de aspirantes ha sido que esta prueba sólo aporta puntuación para el 60% de la nota, «lo que supone que si obtienes un 10 no tienes nada garantizado». El restante 40% lo añade haber ejercido funciones en la administración pública en régimen de interinidad. «Estas dos años estudiando y rechazando otros trabajos para poder presentarte a este examen y va y te dicen que el 40% del baremo lo aporta haber sido interino», criticaba uno de los afectados.

A un coste de nueve euros para poder realizar el examen, la administración percibirá 198.000 euros por estas pruebas y, por ello, los aspirantes piden que haya representantes de los opositores en la apertura de los sobres.

Artículo publicado en el diario Levante - El Mercantil Valenciano.